FRACTURA TÍPICA

El hueso en el niño es más poroso y elástico que en el adulto. Al ser más elástico, ocurren tipos de fracturas diferentes al adulto.

Fractura en rodete o torus

(Fig. 3) La compresión a lo largo del hueso impacta el hueso metafisario (zona de mayor porosidad) y abomba su cortical. Es una fractura estable (sin tendencia a moverse) por lo que el tratamiento suele ser una férula o un vendaje durante 2-3 semanas para evitar el dolor. Es más frecuente en la muñeca (radio distal) y hombro (húmero proximal).

Figura 3. Fractura en Rodete

Incurvación plástica diafasaria

(Fig. 4): La diáfisis se arquea sin llegar a fracturarse por un mecanismo de inflexión. Resulta en una deformidad plástica permanente sin capacidad de remodelación porque el perióstio no se rompe. Por tanto para corregirla requiere manipular bajo anestesia. Es típica de huesos con corticales delgadas como el radio, cúbito y peroné.

Figura 4. Incurvación plástica de los huesos del antebrazo (radio y cúbito)

Fractura en tallo verde

(Fig 5): Es una fractura incompleta de la diáfisis por mecanismo de inflexión. Es similar a “tronchar” una caña verde. El hueso de un lado de la cortical se rompe mientras que el otro lado se dobla y permanece en continuidad con el periostio. Las localizaciones más frecuentes son el radio, cúbito y clavícula.

Figura 5. Fractura en tallo verde de los huesos del antebrazo (radio y cúbito)

Fractura subperióstica

Se rompe la cortical pero el periostio permanece indemne. Pueden pasar desapercibidas en las primeras radiografías siendo típicas en la tibia de los “recién caminadores” (toddler fractures). Son más frecuentes en las extremidades inferiores.
 

Fractura Fisaria

Cartílago de crecimiento (Ver sección Fisis )
Fracturas obstétricas (Fig 6): Se producen durante el parto debido a dificultades mecánicas durante el proceso. La fractura obstétrica de clavícula es la más frecuente de este tipo, seguido del húmero.

Figura 6. Fractura obstétrica de clavícula